Sobre mí

Magda Kinsley

¿Piensas que estás viviendo una vida impostada?

¿Sientes que hay mucha información sobre desarrollo personal, pero que faltan instrucciones para integrarla en tu día a día?

¿Tienes una faceta espiritual que estás deseando desarrollar y no sabes cómo hacerlo?

Si me acompañas, me encantará ayudarte.

Soy Magda Kinsley y durante mucho tiempo viví una vida diseñada por otros, pero que a mí me disgustaba profundamente.

Estudié Derecho y Administración y Dirección de Empresas, y desempeñé trabajos en los que jamás fui feliz porque siempre me sentía fuera de lugar. Hice lo imposible por adaptarme y encajar, pero es muy difícil tratar de convertirte en alguien que no eres.

Al final, eso acaba explotando por algún lado.

A pesar de que mis estanterías estaban (y están) repletas de libros de desarrollo personal, budismo, coaching y psicología, era tal mi ansia de absorber su contenido para hallar respuestas, que devoraba cientos páginas sin darme cuenta de que, en realidad, ninguna dejaba una huella duradera en mí.

Leía ideas excelentes.

Pero mi ego me impedía saborearlas y trabajarlas como era debido, por lo que nunca calaban hondo.

Hasta que descubrí lo que necesitaba de verdad:

¡MINIMALISMO MENTAL!

Menos ideas, mejor organizadas.

Hoy en día sufrimos un exceso de información sobre cualquier tema.

Libros, pódcast, vídeos… Tenemos muchas herramientas al alcance de nuestra mano. La información es poder, sí, pero sin organizar, no sirve de nada. Por eso decidí reunir aquellas ideas que más me habían impactado y que de verdad me ayudaron a crecer como persona y a sustituir mis miedos y creencias limitantes por una visión entusiasta de la vida.

Mientras iba escribiendo los breves ensayos que integran Minimalismo mental, sentía cómo sanaban esas heridas viejas y profundas.
Ahora sé que no pasa nada por sentir que no encajo en el mundo, porque el molde lo han creado otros conforme a sus propias ideas y ya no tengo ningún interés en adaptarme a las convenciones ajenas.

Soy más feliz porque tengo mis ideas ordenadas (¡ojo, a veces también se presenta mi ego para recordarme que no soy perfecta, menos mal!). A veces fallo, pero no importa porque sé que forma parte del camino que me he propuesto seguir para encontrar mi propia voz.

¿Te apetece unirte al club de los minimalistas mentales?